Oscar Wilde dijo una vez: “El hombre es menos él mismo cuando habla en primera persona. Dáselo una máscara y te dirá la verdad”. El arte ofrece una manera de comunicar experiencias cuando las personas carecen de habilidades verbales o cuando las palabras son insuficientes. Los humanos desarrollaron la expresión artística como una herramienta imaginativa para adaptarse a las condiciones cambiantes y resolver problemas. Otros académicos y yo hemos afirmado que la creación artística es una parte integral del funcionamiento humano y que ayuda a los humanos a sobrevivir. Como terapeuta de arte, he pasado décadas tratando de entender el papel de la creación artística como herramienta terapéutica.
La terapia artística profesional comenzó a mediados del siglo XX como una práctica restaurativa que permitía a las personas expresarse de formas no verbales, como el dibujo y la pintura. El trauma afecta los centros del habla del cerebro y puede limitar la efectividad de las terapias tradicionales basadas en la conversación. El impulso detrás de la creación de la terapia artística moderna en los Estados Unidos y Europa fue para atender las necesidades de los veteranos de las dos Guerras Mundiales que sufrían de estrés postraumático, y para abordar el desarrollo de niños y adolescentes con necesidades especiales.
A pesar de la prominente aplicación de programas de terapia artística y la creencia generalizada de que el arte apoya la salud mental, muchas de las afirmaciones de que el arte y la creación artística pueden ayudar a las personas han permanecido anecdóticas. Mis colegas y yo estamos entre un grupo creciente de investigadores de terapia artística que trabajan para fortalecer la evidencia científica de que el arte puede curar y para entender mejor cómo y por qué lo hace.
El arte como herramienta terapéutica
Los adultos típicamente tienen sentimientos complejos y ambivalentes sobre el arte y la creación artística; las respuestas comunes varían desde el desdén y la burla hasta el asombro y a veces la vergüenza por su propia falta de habilidades artísticas.
Los niños pequeños, por otro lado, típicamente dibujan, cantan y bailan sin preocuparse por sus habilidades. Esa libertad y alegría a menudo se pierden a medida que crecemos y comenzamos a evaluar conscientemente la calidad de nuestro arte.
Con demasiada frecuencia, nos convertimos en espectadores del arte de otros en lugar de ser creadores activos, y perdemos los muchos beneficios de la autoexpresión creativa.
Los terapeutas de arte guían a las personas a conectar o reconectar con las prácticas creativas que apoyan la salud mental y que ayudan a las personas a enfrentar los desafíos y las incertidumbres de la vida. Estados Unidos tiene más de 6,000 terapeutas de arte acreditados, y la profesión está creciendo en todas partes del mundo.
Cuando era niño, usaba el dibujo y la escritura expresiva para hacer frente al aburrimiento. (Estaba enfermo en casa mucho tiempo.) En India, comencé una carrera como diseñador textil, trabajando en el vasto y rico paisaje de las tradiciones artesanales. Pero en la década de 1990, a medida que los mercados desaparecían, muchos artesanos se desesperaban y se suicidaban. Apreciaba trabajar con ellos para adaptar su exquisita artesanía a un mercado moderno.
by Girija Kaimal, How Art Can Heal
